La comisión que Casado imputa al hermano de Ayuso es 23 veces mayor que la mejor pagada en pandemia
La presidenta de la Comunidad de Madrid ha rebajado esa cifra a 55.850 euros más IVA y aclara que no fue una comisión sino un pago por su actividad profesional
Empresarios del sector reconocen a OKDIARIO que el pago máximo rondó los 5 céntimos por unidad, que en este caso elevaría la comisión a 12.500 euros
Ni la empresa ni los administradores que según el PP le pagaron 283.000 euros consiguieron ningún contrato más con la Comunidad de Madrid
La última empresa del hermano de Ayuso lo desmarca de sus contratos con la Comunidad: «Era un externo»
Ayuso admite «relaciones comerciales» de su hermano con la empresa de las mascarillas pero «es legal»
En cuestión de 24 horas hemos pasado de que el hermano de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Tomás Díaz Ayuso, haya cobrado 286.000 euros como comisionista de un contrato sanitario en una de las peores épocas de la pandemia a que la propia Isabel Díaz Ayuso firme un comunicado donde asegura que ni la cantidad divulgada ni el concepto eran correctos. Hasta que llegue un certificado bancario que confirme la realidad de las manifestaciones de unos o de otros, lo único cierto es que alguna de estas cifras dista mucho del mercado de material sanitario en época de pandemia.
Los 286.000 euros que Pablo Casado, el secretario general del Partido Popular, aseguró públicamente que cobró el hermano de Isabel Díaz Ayuso como comisión por un contrato público de adquisición de mascarillas en abril de 2020 están 23 veces por encima de las comisiones que se pagaron en la peor época de la pandemia. Priviet S.L. fue la empresa que logró hacerse con un contrato de 1,5 millones de euros, impuestos incluidos, para traer a la Comunidad de Madrid 250.000 mascarillas. La empresa no tenía ningún tipo de vínculo con el sector sanitario, pero sí con el textil, y esto fue un denominador común en aquellos meses de 2020, donde la emergencia hizo que muchas empresas se adaptaran y otras encontraran en la pandemia oportunidad de negocio.
Fuentes del sector consultadas por OKDIARIO coinciden en que la mecánica más habitual en un momento tan complicado como abril de 2020 fue recurrir al mercado chino para conseguir material sanitario de manera rápida y eficiente. La logística y la intermediación fue donde muchos obtuvieron pingues beneficios, pero ni de lejos la cantidad que mencionó Casado. Ojo, tampoco la defendida por la presidenta Ayuso, poco más de 55.000 euros, se corresponde con una comisión ajustada al momento y al mercado, aunque precisamente ella defiende que es un sueldo y no un pago por intermediación.
Hagamos las cuentas. Priviet sólo consiguió aquel contrato con la Comunidad de Madrid. No un contrato sanitario, sino ninguno más nunca ni después del de las mascarillas. Los dueños de la empresa en cuestión tienen intereses en otras compañías dedicadas a los sectores de la moda y la cosmética, pero ninguna de esas empresas ha tenido tampoco acceso a contratos públicos. Así que sea lo que sea lo que haya cobrado, 286.000 o 55.000, si fue en concepto de comisión, ambas cifras se salen de los baremos de mercado del momento de la contratación.
“Por supuesto que durante la pandemia ha habido comisionistas”. OKDIARIO ha podido contactar con empresarios que trabajaron y mucho con China y otros países durante la pandemia. “Al principio no había de nada y hacía falta de todo. Mascarillas, geles, guantes, respiradores, gafas, monos de protección, etcétera. Todos los países competían por el material y en nuestro país lo hacían las comunidades autónomas, y ahí fue donde los comisionistas o intermediarios tuvieron su negocio”, explica uno de esos empresarios.
Cinco céntimos por mascarilla
Lo primero que necesitaba una empresa en España, ya fuera para acceder a contratos públicos o privados, grandes empresas pujaron por su propio autoabastecimiento de material, era encontrar el material, bloquearlo donde estuviera y conseguir la logística para traerlo. “En el caso de las mascarillas todos pagamos comisiones por ese tipo de gestiones. Se pagó como máximo cinco céntimos de euro por cada mascarilla”. Si tomamos ese baremo para calcular qué comisión obtendría el intermediario de este contrato en concreto la cantidad jamás debería superar los 12.500 euros. Veintitrés veces menos que los 286.000 que esgrime Casado y también muchísimo menos de lo que Ayuso asegura que fueron emolumentos laborales que fueron mucho más allá de la labor del facilitador que cobra una comisión.
Ayuso asegura que, si existe más facturación de su hermano con esa empresa, ya no estaría vinculada a la Comunidad de Madrid y que lo anterior es legal y está declarado ante la Agencia Tributaria. Aunque tenga razón, el nombre de su hermano ya circula, e incluso se usa para explicar que una de las empresas en la que ha trabajado, una compañía dedicada a sistemas de iluminación ha tenido varios contratos menores con la Comunidad de Madrid cuando su hermana era viceconsejera. Malos tiempos para apellidarse Ayuso. La empresa le ha pedido ya que retire su nombre de su perfil laboral.